Elisa Salgado, religiosa de Regina Mundi: “La llamada de Dios me hace experimentar una gratitud constante”
La Iglesia celebraba el pasado 2 de febrero la Jornada por la Vida Consagrada, una oportunidad para agradecer a todos los consagrados que trabajan y entregan sus vidas a favor del Reino su labor en numerosos campos sociales o a través de la contemplación. Asimismo, la celebración de esta Jornada supone la ocasión perfecta para presentar distintos carismas de la realidad consagrada presente en la Archidiócesis de Sevilla. Para ello, durante los próximos días, compartiremos testimonios de religiosas y consagradas.
Elisa Salgado, religiosa de Regina Mundi: “La llamada de Dios me hace experimentar una gratitud constante”
La hermana Elisa afirma que desde muy pequeña ha sido consciente de la presencia de Dios en su vida. A pesar de los altibajos que ha experimentado siempre ha creído en el auxilio real de Dios que camina a su lado.
Rememora que, tras la Jornada Mundial de la Juventud realizada en París en 1997, convocada por el papa San Juan Pablo II, la existencia del Dios de su infancia le interpeló ahora de adulta llamándola a una opción de vida diferente, «esta vez, de una manera muy especial».
A partir de esa experiencia en Francia, Elisa supo que Dios le pedía «algo más», añadido que años más tarde se traduciría en la entrega total al Padre a través de la vida religiosa.
Desde el mes de junio del año 2003, la hermana Elisa pertenece a la Institución Benéfica del Sagrado Corazón de Jesús, concretamente en la Casa Regina Mundi de San Juan de Aznalfarache en Sevilla. Reconoce que, sin la oración como fundamento de su vida religiosa, su consagración no tendría fuerza ni sentido, «no podría seguir adelante».
La confianza absoluta en el amor misericordioso de Dios y en su Divina Providencia, junto a la vida comunitaria, hacen de Elisa una consagrada feliz y agradecida, que transparenta en su día a día el amor de Dios a través de los más necesitados.
El ‘sí’ con el que acogió el don gratuito de Dios hace que pueda experimentar una gratitud constante en su corazón «enamorado y servicial», por la «oportunidad que nos regala Él de estar a su lado».
La hermana Elisa ha estado al servicio de la Iglesia en Granada, Albacete, Almería y actualmente en Sevilla, lugar donde ha hecho una gran familia con personas de distinta procedencia y condiciones físico-mentales.
“Desde afuera la gente piensa que las personas que atendemos suelen estar tristes por su salud en detrimento, pero quienes visitan y conocen desde dentro nuestras casas e interactúan con los residentes, palpan que son personas felices y que Regina Mundi es una casa donde se respira la alegría”. Elisa mira a su alrededor y reconoce en todos los residentes “la presencia y cercanía de Dios”.
La alegría y gratitud son en definitiva las palabras que describen su carisma, vivido a plenitud gracias al positivo cambio que experimentan las personas que ingresan a la casa con diferentes patologías. “Ellos perciben apenas llegan que se respira paz y sosiego y entienden que se debe a que Dios es el autor y que Regina Mundi no es una residencia sino una gran familia”.
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