Archidiócesis de Sevilla

Muy cerca de la Piazza Farnesse, en pleno centro de Roma, se encuentra la Iglesia de Santa María de Monserrat de los Españoles. No deja de resultar paradójico, ante los acontecimientos políticos protagonizados recientemente en nuestro país, que  sea titular de nuestra Iglesia Nacional en Roma la patrona de Cataluña.

 

Realmente, el titulo completo es Iglesia Nacional de Santiago y Monserrat, al ser aprobada la unión canónica de dos fundaciones en 1803 por el papa Pio VII, ambas instituciones eran centros de acogida de peregrinos españoles, especialmente necesitados y enfermos.

 

Un Centro de Estudios Eclesiásticos y la Iglesia forman el conjunto monumental de Monserrat, que tiene entrada al templo por la via di Monserrato y fachada principal del edificio, por la que se accede a la residencia, por la famosa via Giulia. Una de las históricas arterias de acceso a Roma por la que entraban los peregrinos que se dirigían al sepulcro de San Pedro.

 

En la actualidad este Palacio de Monserrat acoge a sacerdotes españoles que preparan su Tesis doctoral o  investigadores que viven de modo permanente en la ciudad eterna.

 

Los vínculos de esta institución con la Archidiócesis de Sevilla son enormes, empezando porque el titular actual de esta Iglesia romana es nuestro Arzobispo emérito, el Cardenal Carlos Amigo Vallejo. En el elenco de antiguos alumnos de esta institución encontramos a finales de los setenta al nuestro Arzobispo, d. Juan José Asenjo. También aparecen sacerdotes sevillanos muy conocidos en la actualidad como d. Francisco Román, d Álvaro Pereira, d. Manuel Palma y d. Antero Pascual, así como otros que ya adquirieron rango de ilustres sacerdotes de nuestro presbiterio diocesano, como d Pedro Rubio, d. Herminio o d. Juan Guillén. Incluso podemos gozar de tener alumnos de Monserrat enviados de nuestra Archidiócesis  que han recibido la ordenación episcopal, como Mons. D. Juan de Río, Arzobispo Castrense en la actualidad. 

 

Aprovechando que desde este año la Iglesia esta abierta para las visitas en una amplio horario de mañana y tarde, podemos contemplar en su interior la primera Iglesia de Roma proyectada en nave única rectangular, con un profundo ábside y flanqueada por tres capillas de planta cuadrada a cada lado rematadas por cúpulas. Puede que para nosotros esta planta de templo resulte normal, pero nada tiene que ver con la típica planta basilical romana.

 

Además, cuenta en su interior de dos de los tres únicos papas españoles en la historia de la Iglesia: los papas de la Familia Borgia Calisto III(1455-1558) y Alejandro VI (1492-1503).  También la Iglesia de Monserrat tiene en sus muros monumentos sepulcrales de algunos embajadores españoles muertos en Roma y el cenotafio del Rey Alfonso XIII cuyo restos fueron trasladados en 1980 al Panteón de Reyes de El Escorial.

 

En la primera capilla a la izquierda del templo aparece una grupo escultórico,, esculpido en mármol por Maso el Bosco,  que representa a Santa Ana,  la Virgen y el Niño Jesús, y que fue encargado en 1544 por el sacerdote sevillano Pedro de Velasco, que aparece arrodillado junto a Santa Ana.

 

La sede hispalense  aparece también mencionada en esta Iglesia nacional en el monumento de mayor relevancia artística de este Palacio: el retablo tallado por Bernini que se encuentra en una sala el interior del edificio. En la inscripción superior se puede leer que el donante que establece los inicios de esta institución fue “el señor Pedro de Foix Montoya, de Sevilla, nacido de Montoya y de Eleonora de Armijo hijo de noble parentela y licenciado en Derecho Pontificio por la insignia Academia de Salamanca”.

 

Como resulta evidente, ver tanta huella de nuestra Archidiócesis en la historia y arte de Roma para uno que vive por este periodo “en el exilio” lo transporta a lo que sigue siendo su ciudad eterna, que no se encuentra precisamente a orilla del Tevere, sino del rio que desemboca allá por Sanlúcar de Barrameda. 

 

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