Archidiócesis de Sevilla

El pasado 13 de marzo se cumplió un año de pontificado del Papa Francisco. Lo que desde ese día hemos vivido en la Iglesia ha sido una revolución que ha dado la vuelta a la imagen pública del pontífice y ha motivado en la Iglesia una predisposición a la conversión pastoral. 

 

Pero lo que se transmite a través de los medios de comunicación no puede ser todo lo que al Papa le interesa subrayar. La autonomía de la profesión periodística hace que la información, el enfoque y la imagen que los medios de comunicación transmiten no tenga que coincidir los criterios pastorales de la Iglesia. Nos corresponde mas bien a nosotros completar los mensajes que la Iglesia desea transmitir y que nos se pueden delegar en las instituciones no confesionales.

 

Por este motivo me gustaría poner de relieve un dato que ha sido repetido por el Papa Francisco desde el inicio de su pontificado. Si pudiésemos hacer un recuento de los términos mas usados por el Santo Padre en este primer año de pontificado nos saldría entre los primeros la palabra “misericodia”. Ya en si primer rezo del Ángelus como pontífice, utilizó una de las expresiones que ha ido remarcando en muchos de sus discursos y homilías: “Dios no se cansa de perdonar, somos nosotros los que nos hemos cansado de pedir perdón”.

 

Esta expresión, repetida insistentemente por Francisco ha provocado la sed de recibir el perdón en muchos cristianos que se habían alejado de esta práctica sacramental. No lo digo de oídas, sino que me he encontrado este año, en muchas ocasiones, con personas que se han acercado a confesar en la parroquia de Roma a la que acudo cada viernes, diciendo que hacía mucho tiempo que no se confesaban, pero que El Papa lo está recomendando tanto que les ha despertado de nuevo el interés por recibir el perdón de Dios.

 

El Pontificio Consejo para la Nueva Evangelización ha recogido el testigo de esta urgencia señalada por el Papa y ha organizado una iniciativa que se llama 24 horas para el Señor que comienza este III Viernes de Cuaresma con una Celebración penitencial en la Basílica de San Pedro del Vaticano y se prolonga  hasta el sábado por la tarde con Adoración Eucarística y Sacramento de la Reconciliación en distintas parroquias de Roma, de modo casi permanente.

 

Descargar el subsidio litúrgico en español

 

Necesitamos redescubrir el Sacramento de la Reconciliación y ayudar a descubrirlo a los demás.  Por él nosotros experimentamos directamente la misericordia de Dios con cada uno de nosotros, su Amor incondicional,  su paciencia. A su vez, recibiendo su perdón, Él mismo nos ayuda a perdonar a los demás, a reconciliarnos con los que nos hacen daño, y a pedir perdón a los que nosotros hemos herido con nuestros pecados.

 

La Cuaresma es tiempo de conversión. No perdamos la oportunidad de volvernos hacia Él y experimentar la alegría de aquél que regresa a la casa del Padre y se encuentra con un banquete preparado para él, en lugar de un reproche y un castigo. Dios no se cansa de perdonarte ¿te has cansado tú de pedirle perdón a Él?