LA MATRIZ ANTE EL SANTO PADRE
¡Qué hermoso juego de palabras ofrece el acontecimiento vivido en Roma en la última Audiencia general! La que es madre de todas las hermandades filiales que veneran a la Madre de Dios, la Stma. Virgen del Rocío, se presentó oficialmente al Santo Padre, sucesor del Príncipe de los Apóstoles.
Los orígenes de una devoción frente a los orígenes de nuestra Iglesia, la madre en la Iglesia madre, y el motivo: la devoción mariana, seña de nuestras tierras de marismas, la tierra de María Santísima.
La palabra que definia el encuentro: TRADICION:
Tradición de una devoción rociera que ya tuvo el privilegio de recibir en su Santuario la visita de un sucesor de San Pedro, dentro de poco canonizado: el Beato Juan Pablo II. Seguro que ha sido renovada la invitación a este pontífice, del que tenemos constancia de su enorme devoción a la Madre de Dios. Su peregrinación a la patrona de Almonte supondría de nuevo un reconocimiento a la contribución que su veneración constante supone ante los retos de la Nueva Evangelización.
Evocar El Rocío es hablar de Iglesia peregrina, que se echa a los caminos para visitar a María, tal y como ella nos enseñó a los pocos meses de gestación; es hacer referencia al Espíritu Santo, cuya Fiesta enriquece la Stma. Virgen con su salida procesional, es ver hacer cola en los confesionarios del Santuario a miles de peregrinos, cosa que tanto agradaría al Papa de la misericordia y del perdón.
Enhorabuena Mons. d. José Vilaplana y Juan Ignacio Reales por la oportunidad de expresar al Santo Padre la comunión que nos une a todos los rocieros con él. Que la bendición apostólica que recibisteis llegue a todos los devotos de la Reina de las Marismas, que estaban de corazón presentes en la plaza de San Pedro esa mañana a la hora el Ángelus.
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