Archidiócesis de Sevilla

Se acerca el tiempo de vacaciones y hay que preparar las maletas, que se llenan de ilusiones, deseos de cambios, de pasarlo bien. Según el lugar donde vayamos, así vamos llenándolas.

Y hoy  pienso en aquellos que su único equipaje es “la esperanza”. Sí, la esperanza de un sitio mejor, de un lugar donde poder vivir, de lograr una vida más digna. El trayecto será duro, difícil, lleno de dificultades, pero la esperanza lo hace realidad .Y  posiblemente la llegada, que no todos logran, a ese supuesto paraíso, también les resulta  que nada tiene que ver con lo que pensaban y  aquello que soñaron al emprender la travesía.

Estamos cansados, y lo digo con dolor, de ver tantas escenas duras de nuestros emigrantes y refugiados en las fronteras. ¡Hay que verlas! Porque eso nos habla y es necesario que nos hable al corazón, y de verdad.

También se preparan maletas solidarias para acercarse a recibir a los que llegan a esas fronteras donde se separa ese supuesto bienestar y lo que ya dejaron atrás, para atender en esos momentos de dificultad  y ofrecer “lo mejor de sí” a cada “pasajero”.

El papa Francisco nos dice que nos dejemos “tocar” por estas “periferias existenciales”. Una bonita iniciativa de CONFER Andalucía es un hacerse presente en Melilla, un lugar donde cada día se vive intensamente la acogida a los emigrantes y refugiados. Un grupo de religiosas, de distintas congregaciones, se irán este verano a permanecer a la escucha, a la posible intervención que se pudiera hacer en todo lo que será el campo de atención a la mujer, a los menores y a todo lo que el Espíritu suscite de atención y colaboración sencilla de cada día.

Yo voy a tener la suerte de llenar mi maleta, este verano, con ilusión y esperanza, porque me voy a Melilla en Julio. Otra nueva experiencia en mi vida. Soy consciente de lo que supone, pero merece la pena poder compartir este tiempo con aquellos que sus maletas rellenaron de esperanza, de ilusiones, y al menos estar cerca, a que sigan con su equipaje.

Cuando veas en la tele escenas de emigrantes y de refugiados te pido que pienses con qué ilusión emprendieron sus viajes. Si puedes hacer algo, sé que lo harás. Gracias.

“Quiero decirles que no están solos“.

Fueron las simples palabras que pronunció el Papap Francisco en esta isla del Mar Egeo, símbolo del drama humanitario de cientos de miles de refugiados que llegaron aquí en los últimos meses escapando de guerras y miseria, desde donde imploró a la comunidad internacional a encontrar una solución digna a “la peor catástrofe humanitaria desde la Segunda Guerra Mundial”. Quizá mi estancia, nuestra estancia, en Melilla sea solo eso: “no estáis solos” hay muchas gentes que os quiere y desea acogeros con el amor que os merecéis.