DÍA DE LOS EJERCICIOS ESPIRITUALES. Carta pastoral (febrero´09)
Déjate llevar por esa voz interior que te habla de Dios. Es la mejor advertencia que se puede dar a cualquier persona que busca sinceramente el encuentro con su Señor.
Cuando se aconseja esa interiorización, se excluye cualquier subjetivismo engañoso, pues no se trata de encontrar en uno mismo la verdad de todo, sino más bien el hacer que resuene en cada uno la Palabra viva de Dios.
De ahí que sea tan necesaria esa conversación personal e íntima con un Dios que ha hablado al hombre.
La práctica de los Ejercicios Espirituales, sabia e inspiradamente propuesta por San Ignacio de Loyola, es un providencial camino para encontrarse a sí mismo, hablar con Dios y organizar la vida con la luz que tan maravilloso encuentro produce.
Dedicar unos días a reflexionar sobre el propio origen y destino final, sobre las relaciones con Dios y con los demás. Sobre actitudes, comportamientos, pecados, llamada a la reconciliación y posibilidades de hacer el bien. Todo ello, no puede por menos que llevar a un mejor conocimiento personal, y a dejarse encontrar por Cristo, siempre el Camino a seguir.
La gracia y la luz de Dios nunca van a faltar. Con tan buenas ayudas, se irán disipando los posibles temores a quedar encerrado en uno mismo, para contemplar como se abren los horizontes de una auténtica y gozosa libertad: la de aquellos que han descubierto la misericordia y la bondad de Dios
¡Buscad y ved que bueno es el Señor! ¡Buscaré tu rostro, Señor! Estas exclamaciones del hombre que sinceramente busca a Dios, son la expresión de ese deseo interior de encontrar la auténtica vida individual y social del cristiano.
Que el favor de Dios os acompañe y os guíe en el camino por ese fecundo ?desierto? personal de unos días de Ejercicios Espirituales. Unos momentos de soledad para entrar en la más gozosa de las compañías, la del Espíritu de Dios.
Con mi bendición,
+ Carlos, Cardenal Amigo Vallejo
Arzobispo de Sevilla
