Archidiócesis de Sevilla

Mis queridos amigos , estamos a pocos días de la semana santa, ¿ nos os parece que la cuaresma ha pasado demasiado rápida? ¡ qué deprisa pasa todo! Me gustaría que la reflexión de hoy tuviera como centralidad la vida de san José, un personaje que, aún pasando desapercibido y de forma casi anónima, es icono y modelo de fe.

Poco sabemos de san José, aparece en la Biblia brevemente y siempre en segundo plano, pero… ¿ no os parece que José , al igual que la santísima virgen María, dijo hágase en mí según tu palabra?
 

Al contemplar a José descubrimos como Dios cuenta con un hombre humilde y sencillo. El Señor confía y valora las capacidades humanas, los deseos sinceros de amar de José, de serle fiel. Al contemplar a san José descubrimos que Dios cuenta con las personas, con nosotros, para llevar a cabo su plan de salvación. También aprendemos de José que no defraudó a Dios, que había depositado en él su confianza. Y lo hizo poniéndose al servicio del misterio de la salvación, como debemos hacer todos nosotros. El secreto de José, lo aprendió de María, porque al igual que ella “todo lo guardaba en su corazón”. José no entendió muchas de las cosas que le fueron ocurriendo, incluso lloraba en silencio… pero oraba y callaba, callaba y ofrecía, ofrecía y esperaba.

 

Decía hoy el Papa Francisco, en su misa de inicio de pontificado, que la gran y magna tarea de san José fue la de custodiar a Jesús y  a María, y que nosotros hoy más que nunca, tenemos que imitar ese acto de seguir custodiando a Jesús y María con nuestras vidas. Lo haremos, seguía diciendo, de tres formas: en primer lugar amando a la iglesia y sintiéndonos partes vivas de ella, en segundo lugar gustando profundamente de la oración y la vivencia íntima de los sacramentos, y en el tercer lugar, custodiando a Jesús en los más débiles: enfermos, marginados, ancianos… Cada vez que nos acercamos con amor y solicitud al hermano, estamos custodiando al mismo Jesús. El mundo necesita de cristianos que, desde los valores de San José, sigamos custodiando al Señor.

 

Por otra parte San José nos hace plantearnos nuestra realidad familiar, porque la casa de José y María fue la escuela de valores donde Jesús creció en “edad, sabiduría y gracia”. San José es espejo donde padres y madres han de mirarse y cuestionarse por la educación religiosa que están dando a su prole.
 

 

San José es además patrón del seminario, de los seminaristas, pidamos desde esta reflexión por el seminario, por todos los seminaristas y sus formadores. San José fue fiel a la vocación recibida, preguntémonos todos si estamos respondiendo con fidelidad a nuestra vocación.

 

Termino la reflexión de esta semana con una oración a San José que seguro os ayudará:

 

Enséñanos, José,
cómo se es en esta vida sin ser protagonista,
cómo se avanza sin pisotear,
cómo se colabora sin imponerse,
cómo se ama sin reclamar.
cómo se obedece sin rechistar,
cómo ser eslabón entre el presente y el futuro
cómo luchar frente a tanta desesperanza
cómo sentirse eternamente joven
 
Dinos, José,
cómo se vive siendo "número dos",
cómo se hacen cosas fenomenales desde un segundo puesto.
cómo se sirve sin mirar a quién,
cómo se sueña sin más tarde dudar.
cómo morir a nosotros mismos.
cómo cerrar los ojos, al igual que tú, en los brazos de la buena Madre.
 
Explícanos
cómo se es grande sin exhibirse,
cómo se lucha sin aplauso,
cómo se avanza sin publicidad,
cómo se persevera y se muere uno sin esperanza de un póstumo homenaje.
cómo se alcanza la gloria desde el silencio,
cómo se es fiel sin enfadarse con el cielo.
Dínoslo,  buen padre José.

 

Es curioso, pero la reflexión de hoy es la 25 que comparto con vosotros. Jamás pude imaginar que este sencillo blog pudiera convertirse en instrumento de evangelización. No se si estas reflexiones son leídas por muchos o, si tal vez, no pasais del "puñado" de conocidos los que leéis estos pensamientos. Lo único que deseo es que sirva para alimentar nuestra fe y para decirle al Señor: ¡ qué grande eres, cuánto te quiero, aumenta mi pobre fe!. Gracias a cuantos os sentís parte de estos encuentros oline.

 

Gracias por todo, no tengáis miedo.

 

Adrián Sanabria M.