Archidiócesis de Sevilla

Es uno de los grandes retablos de la Catedral, todos ellos realizados por artistas famosos de distintas épocas. Este del Mariscal D. Diego Caballero, está compuesto por tablas pintadas por Pedro de Campaña, que estuvo activo en Sevilla entre 1553 y 1562, y que realizó esta obra entre 1555 y 1556.

Se acentúan en este retablo los aspectos más renacentistas del estilo romano, sobre todo de influencia de Miguel Ángel y Rafael, en las obras realizadas por Pedro de Campaña en Sevilla. Seguramente por deseo del Mariscal, presenta este retablo un sentido más clásico en las escenas pintadas en él, menos en los retratos familiares que están pintados en el banco del retablo; en éstos hay un estilo retratista de la época. En las tablas se aprecia un influjo directo de los grabados, sobre todo de los de Alberto Durero.

La tabla central representa la escena de la Presentación de la Virgen en el Templo, y está rodeada por una serie de tablas con santos, entre los que destacan San Jorge matando al dragón y la entrega de la Casulla por la Virgen a San Idelfonso. En la tabla central están pintadas una serie de figuras femeninas, que simbolizan a las virtudes que iba a adornar a la futura Madre de Cristo (Diego Angulo). El efecto de profundidad entre las figuras del primer término y las del fondo, dan a la composición un sentido de hondura al modo clásico romano. El mendigo, que alarga la mano pidiendo limosna a la derecha del primer plano, une a la escena central con el exterior.

La genialidad del artista Pedro de Campaña, nacido en Bruselas y asentado en Sevilla, aparece en este retablo con todo su esplendor. Esta obra, junto con el Descendimiento de la Cruz del mismo pintor en la sacristía mayor, está entre las obras más excepcionales de pintura en la Catedral de Sevilla.

Fernando Gª Gutiérrez, S.J.

Delegado diocesano del Patrimonio Artístico