El Movimiento Cultural Cristiano recuerda a los 400 millones de niños esclavos en el Día Internacional contra la esclavitud infantil
Hoy, 16 de abril, se conmemora el Día Internacional contra la esclavitud infantil. Una jornada que recuerdan anualmente desde el Movimiento Cultural Cristiano a través de una concentración en las principales ciudades españolas.
Este año, sin embargo, a causa de la pandemia provocada por la Covid-19 y el consecuente estado de alarma decretado hace ya más de un mes, esta actividad se ha cancelado. Sin embargo, su lucha ha continuado a través de las redes sociales, “porque no han desaparecido los 400 millones de niños esclavos. Y no han desaparecido las causas que producen este crimen político y laboral”, escriben en su página web.
Asimismo, han hecho público un comunicado en el que ponen el acento en casos concretos de esta lacra.
El texto comienza aludiendo a la actual situación de pandemia mundial, ante la cual, denuncian, “no podemos olvidar a los últimos de la tierra, que también sufrirán esta plaga. Será una losa más sobre sus vidas … Por eso hemos de seguir denunciando las causas de la miseria, las causas de la esclavitud de millones de niños. Y una de las principales causas de esta situación es una economía que mata”.
De la República Democrática del Congo a Venezuela
En la nota señalan el caso de las familias de 14 menores muertos por derrumbes en una mina de cobalto de República Democrática del Congo (RDC) que recientemente han presentado una demanda en los tribunales estadounidenses contra las principales empresas tecnológicas del mundo. En ella declaran trabajos forzados y abusos perpetrados contra los menores. “Las minas del Congo no son sino el paradigma de una industria extractiva al servicio de esta transición del capitalismo y recorren todos los continentes coloniales”, reza el comunicado.
Cruzando el Atlántico reseñan el Arco Minero del Orinoco, en el que los niños esclavos en el sector de la minería “son la execrable demostración de que devastación medioambiental y empobrecimiento de los más vulnerables tienen un mismo y permanente responsable: el neocapitalismo”.
Violencia y guerra contra los empobrecidos
Según este movimiento de Apostolado Seglar de la Iglesia Católica, “la otra cara más visible de una economía que sigue matando a la infancia” son las guerras y la violencia, que afecta principalmente al Sahel, el Próximo Oriente y todos los llamados Estados fallidos, “frutos de la geopolítica del caos”. En este sentido, ponen de ejemplo a Venezuela, que “se ha convertido en el país más violento del mundo con más de 30.000 asesinados en 2019, la mayoría jóvenes” o destacan a los más de 62 millones de personas que viven actualmente en campos de refugiados. “En todas estas zonas, al menos el 50 % son menores. Menores que, si sobreviven, no habrán conocido nada más que la violencia y la guerra en su infancia. Niños y jóvenes que serán el pasto de la economía criminal de las bandas, las drogas o la trata y la prostitución; que para sobrevivir no dudarán en delinquir, matar, venderse o huir”, lamentan desde el Movimiento Cultural Cristiano. Esta miseria y violencia fuerza la migración de estos niños y jóvenes no acompañados por sus familias, bautizados como MENAS. Al respecto, el comunicado expresa que se trata de una “infancia huérfana y errante que llama a nuestras puertas cerradas”.
Contra la Esclavitud Infantil
El texto concluye dando la voz de alarma con respecto a los niños esclavos: “Ellos no son solo los residuos que hay que reciclar con asistencialismo. Ellos son el auténtico rostro de nuestra economía global neocapitalista. Mientras existan, nadie puede decir que es libre. Y mucho menos, fraterno”. Ante este drama, exhortan a ser “responsables de estos hermanos nuestros”, en consonancia con el lema de la Campaña de este año ‘Todos responsables de todos o todos esclavos’.
Puede leer el manifiesto completo aquí.
Iqbal Masih
El 16 de abril es el Día Mundial contra la Esclavitud Infantil porque se conmemora el asesinato del niño paquistaní Iqbal Masih, quien fue vendido a la edad de cuatros años por su padre para garantizar una deuda de 600 rupias, deuda que no se pudo pagar por el incremento constante de intereses. Esto implicó que Iqbal pasara su infancia trabajando en régimen de semiesclavitud en una fábrica de alfombras. A los 10 años pudo escapar y, pese a su juventud, se convirtió en un activista contra la explotación laboral infantil, que le hizo merecedor de numerosos premios y reconocimientos por todo el mundo. El 16 de abril de 1995 fue asesinado por las mafias tapiceras, mientras montaba en bicicleta por su pueblo.
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