Archidiócesis de Sevilla

Estamos ante otra de las tres grandes custodias  procesionales de Francisco de Alfaro en Andalucía: la de Écija. Pertenece a un primer momento de la orfebrería manierista en Écija, realizada entre 1578 y 1586 por el gran artista Francisco de Alfaro, hijo de Diego de Alfaro. Mide 190 cm de altura, más los 80 cm del pedestal.

Como afirma el historiador del arte Eugenio Benjumea, esta obra de juventud de Alfaro, junto a las de Marchena y Carmona, supone el triunfo pleno de las formas arquitectónicas de clara influencia italiana y miguelangelescas, llevadas a la escultura o relieves en plata, que anticipan el nuevo estilo manierista.

Es una custodia de templete, en la que las figuras presentan un acentuado estilo realista. Está compuesta de tres cuerpos, y un pedestal independiente realizado a comienzos del siglo XIX. En el primer cuerpo es donde va el Santísimo, rodeado de las figuras de los apóstoles. En el segundo cuerpo está representado el sacrificio de Isaac. En la cúspide del tercer cuerpo aparece la figura de Cristo Resucitado, como razón y culmen de la Eucaristía. Hay todo un programa iconográfico desarrollado en toda la custodia, que se manifiesta en los relieves que se ven en los frisos y cenefas, representando escenas y figuras relacionadas con la Eucaristía en el Antiguo y Nuevo Testamento.

El pedestal sobre el que descansa la custodia de Alfaro fue realizado en 1800 por José Franco Hernández Colmenares. De este modo, la custodia queda muy realzada en el paso procesional de la fiesta del Corpus.

Esta custodia, como tantas otras obras del patrimonio artístico, es una lección teológica, hecha plata en este caso, que manifiesta la fe de la época en que fue realizada.

Fernando Gª Gutiérrez, S.J.

Delegado Diocesano del Patrimonio Artístico