En el “oficio” de los padres hay una tarea penosa, pero necesaria para la buena y correcta educación de los hijos: regañar. Pero no hay que perder de vista que una regañina debe estar orientada a la corrección de una conducta inadecuada, intentando contener el enfado que ha provocado la mala acción, y no caer en la descalificación de la persona. Sin embargo esto, que es fácil de escribir, resulta muy complicado de llevar a la práctica cuando además se mezclan otras circunstancias (como pueda ser el cansancio, el enfado con otra persona, etc.). Además hay que tener en cuenta la edad del hijo, y cómo puede estar percibiendo esa regañina. Aquí podemos leer unos consejos sobre cómo regañar sin herir a tu hijo.