Hoy compartimos con vosotros un artículo de Natalia Barcáiztegui, experta en formación afectivo sexual, coach y orientadora de padres y jóvenes, y máster en familia por la Universidad de Navarra, quien colabora de manera habitual con el COF del Aljarafe en sus actividades formativas. En este artículo reflexiona sobre los adolescentes en casa, en este tiempo de confinamiento

ADOLESCENTES, JÓVENES Y CORONAVIRUS

La adolescencia es un periodo complicado para las relaciones entre padres e hijos, pero puede serlo más aún en las circunstancias que nos están tocando vivir. El adolescente por naturaleza es rebelde, en constante conflicto contra lo que suponga autoridad, inconformista, desordenado, disperso, protestón… Eso se complica cuando el coronavirus trae consigo un confinamiento indefinido y nos encontramos las familias conviviendo 24h al día intensamente. Es necesario proponernos retos que hagan fructífero el cautiverio.

Una de las cosas positivas de esta situación es tener a nuestros hijos alrededor sin posibilidad de planes y peleas por horarios. Pero tiene también su cara B: los padres estamos encantados con tener a todos al lado, pero los adolescentes no soportan ese contacto 24/7

LOS AMIGOS

En el desarrollo emocional de adolescentes y jóvenes, las relaciones de amistad son fundamentales. Algunos jóvenes más maduros, ya no luchan por verse, pues han tomado mayor conciencia de la gravedad de la situación; sin embargo, a otros más rebeldes, les cuesta aceptar el límite a su libertad de acción. Estar confinados en casa sin planes ni amistades, puede generar enorme frustración y mal humor. Además no son tan conscientes del peligro, pues saben que sufren la enfermedad en un porcentaje mucho menor.

Se trata de concienciarles de la responsabilidad social que tienen. No es sólo por ellos, sino por las personas a las que pueden transmitir la enfermedad. Lo que en su caso puede ser asintomático, para un familiar suyo puede resultar mortal.

  • Puede ser motivador para el adolescente mostrarle como con su actuación puede contribuir a resolver la situación.
  • Es importante hacerles ver que somos conscientes de lo que les está suponiendo, que empatizamos con sus sentimientos y ofrecer algo que les pueda apetecer para hacer la situación más llevadera.

AISLAMIENTO

A muchos padres les resulta duro ver cómo permanecen prácticamente todo el día encerrados en su habitación. Esto no es nuevo. El aislamiento es una de las características del comportamiento de adolescentes y jóvenes. Ahora no va a ser diferente.

  • A pesar de que hay que dejar claro que tienen que existir momentos de convivencia, es importante también respetar sus espacios de soledad.

USO DE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN

Necesitan interactuar e Internet se ha convertido en la solución para mantener la comunicación con sus amistades y conocidos. Además, la formación on line, hace que el uso de estos medios se convierta en una necesidad académica. Es necesario en esta situación ser más flexibles a la hora de permitir el uso de los medios de comunicación. Esto no significa, eliminar los límites, pues éstos tienen que existir siempre.

ORGANIZACIÓN DEL TRABAJO

La formación virtual tiene sus complejidades. Los jóvenes han tenido que adaptarse de forma inmediata a una metodología diferente y nuevas aplicaciones como medio de comunicación. Esto no resulta sencillo.

  • No les resulta fácil seguir las clases on line, pues se distraen y no entienden las cosas igual que en el aula.
  • Al verse en casa solos, no perciben la misma seriedad, ni la misma presión. Les cuesta organizar su tiempo porque funcionan a muy corto plazo. Junio lo ven muy lejos y sienten que tienen mucho tiempo pero a la vez, se les esfuma a gran velocidad sin sacarle rendimiento.

 

  • Los padres por su parte, no saben cómo medir lo que sus hijos están o no trabajando. Toca estar muy pendientes y hacer un seguimiento cercano de la evolución académica.
  • Es importante que consigan una rutina a través del horario escolar o universitario y aprovechar cada módulo para trabajar cada asignatura. Por las tardes tendrán que fijar un tiempo para el estudio, en el que profundizar en asignaturas que tengan más atrasadas o que requieran mayor dedicación.

 

  • No todo es estudiar. Es necesario dedicar un tiempo al ejercicio físico y establecer tiempos de descanso; tiempo para estar en familia, para colaborar en las tareas domésticas; realizar actividades placenteras que en otros momentos no se suelen realizar por tener otras opciones… También es fundamental una alimentación sana y el orden en las horas de sueño.

LA INCERTIDUMBRE

A los adolescentes y jóvenes les genera impotencia la cantidad de problemas de salud y económicos que escuchan a su alrededor; les intranquiliza la incertidumbre sobre su futuro. Les inquieta cómo les van a evaluar, cuándo y cómo van a poder hacer los exámenes (Selectividad, exámenes de la universidad…). Les frustra perder sus planes de fin de semana y todos los eventos sociales y actos extraordinarios como graduaciones, fiestas, eventos deportivos o viajes de fin de curso. Un sinfín de cabos sin atar que no favorece ese orden mental necesario para el estudio.

Los padres y formadores tienen que tener en cuenta que en este estado se rinde menos pero hay que transmitir a los jóvenes, que este tiempo es también una oportunidad. Oportunidad al disponer de más tiempo y menor número de opciones de ocio, para poder ponerse al día en todo aquello que tuvieran retrasado.

Necesitan sentir seguridad y los adultos, son los encargados de transmitirla. No es sano por lo tanto estar hablando constantemente de la situación actual y de los horrores que depara. Les genera enorme ansiedad.

MAYOR CULTIVO DE LA VIDA INTERIOR

Toda esta situación plantea grandes cuestiones al comprobar la impotencia del ser humano antes semejantes catástrofes. La vida espiritual cobra importancia al comprobar la impotencia del ser humano.

Los padres tienen que aprovechar el confinamiento para hablar de muchos temas con sus hijos y expresar su visión de los diferentes asuntos.

Es un tiempo que les está sirviendo para reflexionar y analizarse a sí mismos, al depender menos de los demás.

VIDA FAMILIAR

Es evidente que un mayor contacto entre los miembros de la familia, favorece los roces, pero es mayor el efecto que esto tiene para fortalecer los vínculos familiares. El aislamiento nos lleva a quedarnos con la esencia. Está ayudando a que nos conozcamos mejor y aprendamos a aceptarnos y querernos como somos. También nos hace ver las cosas que tenemos que mejorar cada uno.

NO PERDER LO GANADO

Como de todo lo malo pueden sacarse cosas buenas, del coronavirus también. Ha fortalecido la vida familiar, la vida espiritual, ha frenado el ritmo frenético que en muchos casos nos hace perder cosas muy importantes… Sería una pena que, cuando todo esto vaya pasando, al ganar libertad de movimientos, perdamos todo lo aprendido. Sigue poniendo límites a tu vida porque… SOMOS LIMITADOS.