Author image

VII DOMINGO DE PASCUA

 

En aquel tiempo, los once discípulos fueron a Galilea, a la montaña donde Jesús los había citado. 
Al verlo, se postraron delante de el; sin embargo, algunos todavía dudaron. 
Acercándose, Jesús les dijo: "Yo he recibido todo poder en el cielo y en la tierra. 
Vayan, y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, 
y enseñándoles a cumplir todo lo que yo les he mandado. Y yo estaré siempre con ustedes hasta el fin del mundo". 

 

 

 

Comentario de Pablo Díez

Hch 1,1-11; Sal 46, 2-3. 6-7. 8-9; Ef 1,17-23; Mt 28,16-20

 

Sal 46,6 es el único texto del AT en que se dice de Dios que sube o asciende. Dado que lo normal, en la literatura veterotestamentaria, es decir que baja, esta acción del Señor aparece como excepcional, y hay que buscarle un contexto puntual y único, que no sería otro que el acontecimiento fundante de Israel, la subida del pueblo, tras la Pascua, desde Egipto a la tierra prometida, en la que Yahvé subió con ellos. De ahí la magnífica paradoja de que aquel que, en perspectiva cósmica, es calificado de Altísimo por su morada celeste, ascienda. El hecho de que el pueblo fiel se sienta involucrado de alguna manera en este ascenso, hace que el Dios, rey grande y emperador universal, impresionante y sobrecogedor por su altura, temible por su poder, venerable por su majestad, no reciba un reconocimiento forzado, sino entusiasta y jubiloso (Sal 46,2).

Este extraordinario poder de Dios es celebrado por el Apóstol, que ve su plenitud en la resurrección y exaltación de Cristo (Ef 1,20), que lo sitúa en un rango igual a Dios Padre. La ascensión aparece pues, como símbolo espacial de una glorificación transcendente. El hecho de que Lucas anteponga un sumario de la actividad terrena de Jesús (Hch 1,1) indica que él contempla este proceso como una gran ascensión que arranca desde la subida a Jerusalén (Lc 9). Es al final de este itinerario cuando se desvela en plenitud la divinidad de Jesús, en línea con la teología joánica: “cuando levantéis al Hijo del Hombre comprenderéis que yo soy” (Jn 8,28). Al igual que Israel en su subida a la tierra de promisión, también los cristianos están llamados a acompañar a Cristo en este ascenso, idea que encontramos claramente expresada en el cuarto evangelio: “y yo cuando sea elevado sobre la tierra, atraeré a todos hacia mí” (Jn 12,32).

 

Este ascenso de los fieles tiene como catalizador la efusión del Espíritu. Cristo, exaltado a la derecha de Dios, recibirá del Padre el Espíritu Santo prometido y lo derramará sobre sus discípulos, capacitándolos para vivir una vida nueva en la que su principal misión será dar testimonio del Señor resucitado, comunicar a otros, por el bautismo, el don del Espíritu e instruirlos en la vida cristiana (Mt 28,20). Es así como irán llevando a cabo su propia ascensión en la que se sentirán acompañados permanentemente por el Resucitado hasta su culminación. 


Article   0 Comments

CARTA DOMINICAL

Laicos llamados a la misión (19/05/2024)

17 mayo 2024

Calendario de Eventos

« mayo 2024 » loading...
L M X J V S D
29
30
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
11
12
13
14
15
16
17
18
19
20
21
22
23
24
25
26
27
28
29
30
31
1
2
Ver más

Síguenos

TeamViewer para soporte remoto Archidiócesis

Intención de oración. 2024