Oración interconfesional en el Seminario
La oración, que comenzó a las ocho de la tarde, se celebró en la capilla mayor del Seminario y estuvo presidida por el rector del mismo, Antero Pascual, junto con el delegado episcopal de Ecumenismo, Manuel Portillo.
Se realizó una Liturgia de la Palabra en torno al Evangelio del encuentro de Jesús con la Samaritana, al que pertenece el lema escogido para el Octavario de este año – 'Jesús le dice: "Dame de beber" (Jn 4, 7)' – y la escena del cartel anunciador.Manuel Portillo explicó en su homilía que el ecumenismo está unido a la misión, después del "encuentro ecuménico" con Cristo, surge espontáneamente el deseo de anunciarlo.
El delegado diocesano se refirió a algunos encuentros ecuménicos históricos destacados, como el de Pablo VI con el Patriarca Atenágoras en Jerusalén, del que el Papa Francisco conmemoró el 50º aniversario en su viaje a tierra Santa. Él insistió en que el trabajo por la unidad no corresponde solo a los representantes eclesiales o a los teólogos, sino a todos los cristianos: "si nosotros estamos divididos, el mundo no puede creer ni debe creer. En la unidad conocerán que somos discípulos de Jesús". Además hizo referencia a que la unidad se debe buscar también dentro de la propia Iglesia: "cuando tenemos el corazón empequeñecido, dividido, no estamos siendo verdaderamente católicos universales", apuntaba el Santo Padre.
La oración contó con algunos gestos ecuménicos, como las peticiones que hicieron en su idioma dos miembros de la Iglesia Apostólica o un canto a la Virgen María propio de la Divina Liturgia de San Juan Crisóstomo, que hizo una representante de la Iglesia Rusa Ortodoxa.
Al finalizar, todos los participantes cantaron juntos el Padrenuestro y se intercambiaron un signo de paz.
