Mons. Asenjo bendice la Casa de Cursillos de Cristiandad
El Arzobispo de Sevilla bendijo el pasado 19 de diciembre las nuevas instalaciones de la Casa de Cursillos de Cristiandad en San Juan de Aznalfarache. Para ello, replantó un olivo traído desde el Huerto de los Olivos de Jerusalén en el Patio de la citada Casa. Además, descubrió una placa que rezaba “Que lo que se plantó en Getsemaní, dé frutos en Sevilla”.
Durante la ceremonia, mons. Asenjo afirmó que era un buen momento para dar gracias a Dios, e indicó que sólo ese Jesús que nació en Belén y rezó en Getsemaní es el que daba sentido a toda esta obra, “porque si el Señor no construye la casa, en vano se cansan los albañiles”.
Igualmente, animó a que con esta nueva casa el Movimiento de Cursillos siga con la labor de primer anuncio a tantas personas necesitadas de conocer la buena noticia de que Dios las ama personalmente.
El acto de bendición fue amenizado por un coro de niños de la Parroquia de San Juan Pablo II de Dos Hermanas.
De colores
Tras más de un año de obras se culminaba un itinerario que comenzaba en mayo de 2012 con la presentación en sociedad de la Campaña “Ladrillos de Colores”.
Esta campaña, pensada para poner en marcha la rehabilitación la casa, ha supuesto aunar muchos esfuerzos y ha mostrado cómo la colaboración desinteresada de muchas personas han hecho posible lo que parecía una empresa imposible.
Muchos “ladrillos” se han ido poniendo poco a poco por todos los que se han ido implicando en el proyecto. Y no sólo han sido colaboraciones a base de donativos económicos, sino también voluntarios trabajando en las cenas benéficas que se han organizado o en las tareas de rehabilitación y mantenimiento de la casa. “Gracias a todas ellas –resalta Fernando Parra, presidente del Movimiento de Cursillos de Cristiandad en Sevill-, queda una casa moderna al servicio de la Iglesia de Sevilla, para llevar a cabo la tarea de evangelización tan necesaria hoy”.
Los criterios de la obra de rehabilitación han sido la sencillez y la economía de medios, y así se ha podido conseguir que un edificio envejecido y totalmente deteriorado, se haya convertido en una moderna casa de espiritualidad con capacidad para 46 habitaciones totalmente renovadas y con grandes posibilidades de uso para retiros, ejercicios, encuentros y otras celebraciones, además de los Cursillos de Cristiandad y Encuentros de Juventud.
