La Delegación Diocesana de Migraciones inicia la campaña “Hermano migrante no estás solo”

La Delegación Diocesana de Migraciones inicia la campaña “Hermano migrante no estás solo”

El pasado mes de septiembre, la Iglesia celebró la Jornada Mundial del Migrante y Refugiado, en la que el santo Padre invitaba a los creyentes a acoger, acompañar e integrar a nuestros hermanos migrantes, no desde una mirada “paternalista o meramente asistencial”, más bien como parte fundamental de las comunidades parroquiales. ¿Por qué surge la necesidad de desarrollar una campaña sobre los migrantes?

El papa Francisco con motivo de la Jornada Mundial del Migrante y refugiado de este 2020 nos ha invitado a seguir dando pasos. Un reto pastoral al que todos estamos llamados a responder con los cuatro verbos que señaló en la jornada de 2018, pero que en este 2020 ha añadido seis parejas de verbos que corresponden a acciones concretas vinculadas entre sí en una relación causa-efecto: Conocer para comprender; hacerse prójimo para servir; reconciliarse para escuchar; crecer para compartir; involucrarse para promover y colaborar para construir.

Es justo ahí donde surge la necesidad de desarrollar esta campaña. Las condiciones de vulnerabilidad, precariedad y desprotección social en la que se encuentran muchos de nuestros hermanos migrantes no puede ser ajena a nuestro ser creyente. Ahí donde se produce una injusticia y se atenta contra la dignidad de una persona, ahí está y estará siempre la Iglesia para alzar la voz y acompañar los procesos de cada uno de sus hijos.

¿Cuál es la relación entre la encíclica Fratelli tutti con el lema de la campaña Hermano migrante no estás solo?

El lema de la campaña es anterior a la exhortación Fratelli tutti publicada el pasado 3 de octubre. La campaña arrancó durante el mes de abril en medio del confinamiento. Desde la Delegación de Migraciones conjuntamente con Cáritas diocesana, detectamos la necesidad de atender aquellos casos que, por diversas causas, quedaban fuera de toda ayuda. Sin embargo, creo que la verdadera relación entre la encíclica y el lema de la campaña surgen de la preocupación de que nadie se sienta solo ni piense que no forma parte de una misma familia.

“Todos hermanos” y todos iguales con los mismos deberes, sí, pero también con los mismos derechos y, sin embargo, no nos cansamos de ver y escuchar la continua vulneración de derechos fundamentales hacia determinados colectivos. No podemos consentir como cristianos que haya hermanos de primera y hermanos de segunda. El papa Francisco en el número 13 de Fratelli Tutti nos dice “la llegada de personas diferentes, que proceden de un contexto vital y cultural distinto, se convierten en un don porque las historias de los migrantes también son historias de encuentro entre personas y entre culturas. Acojamos también lo diferente, sin miedos y crezcamos juntos en respeto…Así ganaremos todos.

“Hermano migrante no estás solo”. ¿Cuál es la dimensión pastoral y espiritual detrás de este lema? ¿Se trata de una campaña a largo plazo o cómo han trazado su ejecución en el tiempo?

En la cuestión migratoria los cristianos tenemos que abrir caminos y situarnos en la primera línea del acogimiento y del servicio. Desde los tiempos de Moisés, en la Sagrada Escritura el forastero fue considerado digno de una especial atención, como las viudas y huérfanos, como los pobres en general. En el Nuevo Testamento Jesús se identifica con la debilidad y el sufrimiento de los forasteros y migrantes. Él mismo fue emigrante, haciéndose así solidario de los sufrimientos y angustias de todos. Esto quiere decir que, por fidelidad al Señor, los cristianos tenemos la obligación de considerar el fenómeno migratorio desde una visión iluminada por la fe, abierta y humanitaria.

La presentación y el lanzamiento a nivel diocesano se está realizando ahora, pero el proyecto inicial surgió en el mes de abril, cuando con la crisis de la COVID-19 Cáritas Diocesana y la Delegación nos encontramos con familias y personas migrantes sin ningún tipo de ayuda por parte de la administración y sin posibilidad de ser atendidos por sus Cáritas parroquiales por diversas causas. Desde el proyecto se fueron cubriendo necesidades básicas, dando orientación y apoyo. Sin embargo, pasada la situación de emergencia primera, el escenario que se vislumbra para las personas migrantes se vuelve aún más complicado ya que se agudizan las barreras para acceder al mercado laboral y a las medidas de protección social y económicas aprobadas por el gobierno. Es así como surge la necesidad de darle al proyecto una dimensión nueva con respuestas más a largo plazo, y, sobre todo, con un compromiso mayor de todos los agentes implicados, poniendo en movimiento todos los recursos con los que cuenta la Diócesis, e implicando a las comunidades parroquiales.

Ahora mismo estamos en una primera fase de difusión. Se están lanzando una serie de vídeos donde se genera cierta curiosidad en torno a la campaña. La durabilidad del proyecto dependerá de la aceptación y compromiso de las propias comunidades parroquiales, ellas irán marcando el ritmo de este proyecto.

¿Considera que las parroquias de la Archidiócesis de Sevilla no están lo suficientemente concienciadas sobre la presencia y necesidades de este colectivo? ¿Cómo fomentar la apertura de las parroquias a este tipo de iniciativas diocesanas?

En absoluto. Considero que las parroquias de la Archidiócesis hacen un trabajo encomiable cuando una persona llama a su puerta, activando todos los mecanismos de los que disponen para tratar de subsanar la situación, las Cáritas se vuelcan en el proceso de acompañamiento y asesoramiento. Pero también es cierto, que no podemos bajar la guardia, tenemos que seguir concienciando dentro y fuera de nuestras comunidades. Tenemos que seguir visibilizando el dolor y sufrimiento de tantas personas, escuchando el clamor de estos hermanos nuestros, que no siempre vienen, como muchas veces pensamos, para buscar una vida mejor, sino que viene para poder conservar la vida, que para nosotros los cristianos tiene carácter sagrado. En definitiva, no podemos acostumbrarnos a las muertes en las fronteras, a los campos de refugiados, a la vulneración sistemática de derechos…

¿Cuál es el planteamiento concreto de acompañamiento que ofrecen a las parroquias donde haya personas migrantes?

¿Qué pretendemos? Lo primero y fundamental es que cada comunidad lleve a cabo un proceso de discernimiento interno, en el que se aborde la idea sobre qué, cuándo y cómo la comunidad, en función de sus posibilidades, puede ir dando pasos concretos para poner en práctica las orientaciones del papa Francisco. Es decir, esta línea de trabajo engloba multitud de factores a tener en cuanta, que pasan desde la sensibilización en las comunidades cristianas a acciones mucho más concretas derivada de pequeños proyectos de cada comunidad como pueden ser el apoyo a las necesidades básicas (vivienda, alimentación, medicación), acogida de jóvenes en contextos familiares, apoyo al acceso y fomento del empleo…con respecto a los migrantes. Es todo eso lo que desde el proyecto se quiere acompañar y hacer presente.

Me gustaría aprovechar para invitar, desde aquí, a todas las comunidades parroquiales, movimientos, hermandades… A conocer el proyecto y comenzar ese primer trabajo de discernimiento, nosotros estaremos encantados de poder acompañarlos.

Como Delegado de Migraciones ¿Cómo surge el primer contacto de los migrantes con la delegación? ¿Tiene cifras de los migrantes insertos en comunidades parroquiales? 

Son varias las vías por las que se produce ese primer contacto con la delegación. Quizás la más frecuente sea mediante la coordinación de las distintas instituciones que formamos el equipo de trabajo. Llegan constantemente casos absolutamente desgarradores, sin saber a dónde ir, a quién acudir, cómo actuar. Un auténtico despropósito en pleno siglo XXI. Otras vías de contacto es el trabajo en red con otras muchas instituciones civiles y religiosas. A día de hoy es impensable trabajar sin una red donde poder compartir y encontrar las mejores soluciones para cada familia, para cada persona.

No tenemos cifras concretas de los migrantes insertos en comunidades parroquiales, pero sabemos que son muchos. Sería importante realizar este tipo de estudios. Eso nos ayudaría a conocer la realidad de las migraciones, y quizás nos sorprendería, pues siempre que pensamos en este tema, nos viene a la cabeza la migración desesperada, los que salta la valla, los vienen en pateras o cayucos… pero los migrantes ni siempre son pobres, ni sólo vienen en patera,  el mayor número de entradas en nuestro país se producen por los aeropuertos.

Me gustaría aprovechar para invitar, desde aquí, a todas las comunidades parroquiales, movimientos, hermandades… a conocer el proyecto y comenzar ese primer trabajo de discernimiento, nosotros estaremos encantados de poder acompañarlos.


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