Montellano acoge un año más la primera convivencia del Sarus
El pasado fin de semana, Montellano volvía a ser el lugar elegido para la primera convivencia del curso del Servicio de Asistencia Religiosa de la Universidad de Sevilla (SARUS). En esta ocasión, la admiración fue el concepto central de reflexión.
Montellano, que celebraba los últimos días de las misiones populares, recibió a los estudiantes en la noche del viernes con una vigilia-concierto del grupo Brotes de Olivo en la parroquia de San José. Más concierto que vigilia, los feligreses aplaudían con entusiasmo al final de cada canción, interpretadas con exquisito gusto por los integrantes de la agrupación.
La mañana del sábado se inició con una reflexión sobre tres puntos: ¿cómo es mi Iglesia?, ¿cómo reconstruirla? y ¿cuál es mi historia? A partir de ellos se desarrolló el análisis de la labor de la Iglesia en distintos ámbitos, como el universitario o la asistencia social, con el objetivo de detectar y prevenir errores, y mejorar y plantear nuevas formas de actuación.
Por la tarde, tras una estupenda comida ofrecida por la familia del sacerdote Álvaro Pereira, el Obispo Auxiliar de Sevilla, Santiago Gómez Sierra, que se encontraba en Montellano para la celebración de la eucaristía de clausura de las misiones populares, atendió a los universitarios. De trato sencillo y cercano, don Santiago respondió a varias preguntas de los estudiantes sobre temas diversos, como la iniciación cristiana, su vocación y el futuro de la Iglesia.
En la mañana del domingo, los universitarios recorrieron la sierra de San Pablo. Durante la caminata, por parejas, los jóvenes intentaron comprender su vida como don y debilidad, hasta llegar al mirador del Acebuche. Allí se celebró la eucaristía con el impresionante paisaje fondo del monte Agudo y el castillo de Cote. Más adelante pudieron admirar las vistas de Montellano desde el mirador de la Cruz.
Esta convivencia ha sido la primera para muchos este año, como es el caso de Pilar, que volvía con el móvil repleto de fotos y la sensación, por un lado alegre por los buenos momentos compartidos, y por otro, nostálgica, por los días pasados tan velozmente.
