Mons Saiz en la Misa funeral de Javier Imbroda: “Era un hombre creyente, ejemplo de lucha por la vida”
Monseñor José Ángel Saiz, arzobispo de Sevilla, ha presidido la Misa funeral de Javier Imbroda en la Parroquia Corpus Christi, de Sevilla, la tarde de este miércoles. Imbroda ejercía como consejero de Educación y Deporte de la Junta de Andalucía, hasta su fallecimiento la tarde de pasado sábado, a los 61 años, tras su lucha contra el cáncer.
Mons. Saiz Meneses lo definió como “un hombre creyente, ejemplo de lucha por la vida. Incansable, vitalista y alegre, solía decir: Alejaos de la tristeza, porque con la tristeza no se llega a ningún lado”.
Nacido en Melilla en el año 1961, era doctor en Investigación e Innovación Educativa por la Universidad de Málaga y máster en Alta Dirección de Empresas por el Instituto Internacional San Telmo. Dirigió a la selección nacional de baloncesto entre 2001 y 2002, además de a otros equipos como el Unicaja de Málaga, el Caja San Fernando o el Real Madrid, lo mantuvo durante sus casi cuatro años al frente de la consejería de Educación.
“Nuestro hermano Javier ha sido un referente del mundo del deporte de la canasta. Jugador y entrenador al máximo nivel posible, seleccionador nacional. Emprendedor, empresario de éxito, Consejero de Educación y Deporte de la Junta de Andalucía. Ha sido un hombre muy querido y respetado por todos; un hombre firme en sus principios y, al mismo tiempo, conciliador; que creía firmemente en el compromiso, en el esfuerzo, en el sacrificio, que luchó hasta el último aliento”, refirió mons. Saiz durante su homilía.
A la Eucaristía asistieron su esposa Salvadora, sus hijos: Javier, Pablo, Salvadora, Víctor y Francisco. También se dieron cita el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, junto al vicepresidente y consejero de Turismo, Regeneración, Justicia y Administración Local, Juan Marín, el ministro de Política Territorial y Función Pública, Miquel Iceta, la presidenta del Parlamento, Marta Bosquet, y el alcalde de Sevilla, Antonio Muñoz, entre otros representantes políticos.
El arzobispo hispalense reflexionó sobre el sentido cristiano de la muerte. “No estamos creados para vivir eternamente aquí en la tierra, y a pesar de que nos duela perder un ser querido, hemos despedido a un hermano que ha cumplido su etapa en la tierra después de una existencia compartida, fecunda, llena de fe y amor.
Ha sido un buen hijo – continuó D. José Ángel– un buen hermano, un buen esposo, un buen padre, un buen amigo y compañero. Con esta celebración lo encomendamos al Señor. Que desde su presencia nos ayude a caminar sin miedo, en compañía de los hermanos, siempre en el amor del Señor. Nos queda su recuerdo y su ejemplo como un tesoro, como una motivación constante para no rendirnos jamás, para vivir con generosidad y aspirar a la excelencia, para dialogar y entender a los demás, para trabajar siempre en equipo y ganar los partidos que nos toca jugar en la vida.
Fotografías: Junta de Andalucía.
