Lleno en la Parroquia de San Sebastián en la tercera sesión de la III Semana de la Familia
En la tarde del jueves, organizada por el Centro de Orientación Familia del Porvenir y con gran asistencia de público, Carlos Rodríguez, vicerrector del Seminario Menor y asesor de la Delegación de Familia y Vida, presentó la ponencia ‘La Vida Espiritual de la Familia’.
Inició su charla apuntando la importancia de cuidar la espiritualidad del matrimonio y de la familia. Para ello, entre otras, citó las palabras del Decreto Apostolicam actuositatem sobre el apostolado de los laicos: “Es preciso que los seglares avancen en la santidad, decididos y animosos por este camino, esforzándose en superar las dificultades con prudencia y paciencia. Nada en su vida debe ser ajeno a la orientación espiritual, ni las preocupaciones familiares, ni otros negocios temporales, según las palabras del Apóstol: “Todo cuanto hacéis de palabra o de obra, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por Él (Col 3,17).”
La ponencia continuó desgranando el capítulo IX de la Exhortación Amoris Laetitia del papa Francisco. El pontente animó a cuidar la Comunión Conyugal, con gestos concretos, vivir la autenticidad dentro del matrimonio y la familia, vivir la oración no solo matrimonial sino oración familiar para transmitir la fe y crecer en la fe, por encima de todos los inconvenientes que se planteen. Los sacramentos vividos en familia, especialmente la Eucaristía dominical. Ver qué quiere Dios de cada uno de nosotros en la familia y acordarnos personalmente de cada uno de sus miembros poniéndole en su mano a aquellos que pasan algún sufrimiento o necesidad.
Situaciones como la crisis de fe en los jóvenes y las crisis matrimoniales fueron objeto de análisis en el contexto de la espiritualidad conyugal y familiar. “Descubrir que Dios habla también en medio de las debilidades debe ser una fuente de esperanza. Sin renunciar a la plenitud del amor y la comunión en la familia, no desesperar de nuestros límites debe ser una conducta propia del que sabe que Dios lleva nuestra vida y la de nuestra familia”, señaló.
La jornada finalizó con un animado coloquio.
