Veinte jóvenes sevillanos participan en un campo de trabajo en Faro
Una veintena de jóvenes de la Archidiócesis de Sevilla de entre 14 y 19 años han participado en el campo de trabajo en Faro, Portugal, organizado por la Pastoral Juvenil diocesana entre los días 20 y 26 de agosto.
Los jóvenes llegaron a la ciudad del Algarve el lunes 20 por la mañana. Después de instalarse en el Seminario de la ciudad, visitaron los cuatro lugares de voluntariado en los que han colaborado durante la semana: la residencia de 
las Misioneras de la Caridad (fundadas por Santa Teresa de Calculta), el Banco de Alimentos, Centro de Apoio ao Sem Abrigo (una casa de ayuda a necesitados) y Proteçao a Rapariga (un centro que acoge a adolescentes con situaciones familiares difíciles).
La dinámica del campo de trabajo consistía en colaborar en estos lugares, repartidos en grupos, por las mañanas. Después, se regresaba al Seminario para almorzar, y por la tarde se tenían distintas actividades formativas: catequesis, visita cultural a la ciudad de Faro, café vocacional con las misioneras de la Caridad, cinefórum, etc. Al final de la tarde se celebraba la Eucaristía en el Seminario y se compartía la cena. Por las noches había tiempo para juegos y convivencia. Un día se preparó, además, un Adoremus, una adoración al Santísimo para jóvenes. También hubo oportunidad de visitar las playas de Faro, a las que había que ir en barco, y el santuario de Nuestra Señora de la Piedad en Loulé, el de más devoción en el Algarve.
El domingo 26, el día del regreso, el grupo celebró la Eucaristía en la residencia de las Misioneras de la Caridad, cantada por un grupo de jóvenes portugueses. Como colofón, se compartió allí el desayuno, y cantos y bailes con los ancianos.
Además de los jóvenes, han estado presentes como sacerdotes responsables Manuel Jiménez, director espiritual del Seminario Menor, y Pablo Guija, párroco de Los Corrales y Martín de la Jara. También la hermana María Lourdes (superiora de la comunidad de las Misioneras Eucarísticas de Nazaret), que se ha encargado de la cocina, dos monitores de la Pastoral Juvenil y dos seminaristas mayores.
Los jóvenes han vuelto muy contentos después de haber vivido esta experiencia, y con ganas de repetir. Cayetano Ruiz afirma que “ha sido una de las experiencias más intensas de toda mi vida, de las mejores semanas de mi vida”. Por su parte, Cristian Rodríguez, seminarista menor, destaca el buen ambiente creado en el grupo: “A través de ellos he sido capaz de saberme querido por Dios”. Y todos se quedan con el encuentro con Dios en los más pobres: “Hemos visto a Dios en las personas desfavorecidas”, afirma María José de Sola.
