Reiniciamos el camino

Misericordina 01Estimados amigos, de nuevo tengo el honor, la alegría y la responsabilidad de dirigirme a vosotros para compartir semanalmente este espacio de reflexión, oración y vida. Bajo el título “MISERICORDINA” inicia su andadura este blog, que humildemente nace con el fin de ayudaros a vivir un fructífero Año de la Misericordia. Sé que para muchos fue de cierta utilidad el blog que compartimos en el Año de la Fe, pues aquí estamos de nuevo, este es vuestro lugar, donde, reflexionar, opinar, escribir, rezar, compartir, contestar a otros…. Deseo que este espacio se convierta en el encuentro semanal que nos ayude a vivir un poco más nuestra vivencia de la fe. Puedo confesaros que el primer beneficiado de esta experiencia soy yo, por una parte porque tengo que rezar y reflexionar qué ofrecer cada semana y por otra, porque vuestras aportaciones y comentarios me ayudan para crecer en mi seguimiento al Señor.

La misericordia de Dios será quien impulse y de forma a este bloc. Cada semana intentaré presentar algún pensamiento, reflexión o artículo que nos recuerden la magnanimidad de la misericordia de nuestro Dios y cómo nosotros hemos de ser signos de misericordia en el mundo.

No sé si habéis leído la bula de convocación del Jubileo extraordinario de la Misericordia, Misericordiae Vultus, si no lo habéis hecho es el momento de hacerlo. En ella, forma clara y sencilla, el Papa ofrece cuáles son sus motivaciones al convocar este Año Santo. Además Francisco nos recuerda algo que no podemos olvidar y que hemos de grabar en nuestras mentes: Jesucristo es el rostro de la misericordia del Padre. El misterio de la fe cristiana parece encontrar su síntesis en esta palabra” MC 1. Indica también el Santo Padre algo esencial para la iglesia, diríamos que su pulmón, su tarjeta de presentación, dice Francisco: La misericordia es la viga maestra que sostiene la vida de la Iglesia. Todo en su acción pastoral debería estar revestido por la ternura con la que se dirige a los creyentes; nada en su anuncio y en su testimonio hacia el mundo puede carecer de misericordia. La credibilidad de la Iglesia pasa a través del camino del amor misericordioso y compasivo”. MV 10.

Este Año Santo sería oportuno dejarnos envolver por la misericordia de Dios; confiar en su paciencia que siempre nos concede tiempo; rectificar nuestros errores y tener el valor de volver a su casa, acercarnos con más frecuencia al Sacramento de la Reconciliación para saborear y encontrar su misericordia. Porque ¡que magnánima es la misericordia de Dios!, es tan grande, tan profunda, tan enorme, tan paciente, tan…, que no decae, que siempre aferra nuestra mano, nos sostiene, nos levanta, nos guía, nos perdona, nos cuida, nos abraza, nos sustenta. Nadie nos ama como Dios y esa noticia hemos de vivirla y anunciarla. Ahora más que nunca hemos de anunciar la misericordia de nuestro Dios.

Decía San Juan Pablo II que “cuando el hombre experimente la misericordia de Dios, vivirá eternamente feliz”. Yo no sé vosotros, pero yo deseo ser feliz,… ¡experimentemos juntos su infinita misericordia y seamos misericordiosos como el Padre!

Un abrazo a todos, muchas gracias y…. ¡ no tengáis miedo!

PD.: Os espero el domingo día 13 de diciembre a las 17:30 h en la catedral para la apertura del Año Santo, no faltemos.

Adrián Sanabria

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