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Santa María Magdalena. Parroquia de Santa María Magdalena (Arahal)

El patronazgo de Santa María Magdalena sobre Arahal se remonta al 22 de julio de 1248, fecha en que la tradición sitúa la conquista de la ciudad por San Fernando, si bien no fue hasta 1796, bajo el pontificado de Pío VI, cuando se reconoce canónicamente. Con motivo del 225 aniversario de esta efeméride la Santa Sede ha concedido la celebración de un Año Jubilar a la Parroquia homónima que se iniciará el próximo 19 de diciembre.

La Parroquia de Santa María Magdalena es un interesantísimo edificio neoclásico construido entre 1785 y 1800 sobre el solar de la antigua iglesia mudéjar destruida por el terremoto de Lisboa en el año 1755, de la cual se conserva la Capilla Sacramental, ejecutada entre 1763 y 1766 por Ambrosio de Figueroa. La nueva iglesia, levantada gracias al patrocinio de Pedro de Alcántara Téllez Girón y Pacheco, IX duque de Osuna, es obra de Lucas Cintora si bien las trazas son atribuidas al académico Julián Barcenilla. Consta de tres naves de cuatro tramos cada una; la nave central se prolonga tras el ábside con el coro situado en la cabecera del templo.

Preside la Parroquia la colosal escultura de la titular del templo y patrona de Arahal, Santa María Magdalena, obra realizada en madera policromada por el escultor neoclásico catalán Josep Antoni Folch i Costa (Barcelona, 1768- Madrid, 1814), que puede datarse entre 1800 y 1803, la cual se encuentra ante la exedra de escayola que contiene el presbiterio, obra de Antonio Marzal realizada en 1800, como se lee en la inscripción que aparece en el retablo. Esta firma ha llevado a atribuir erróneamente la imagen de la titular de la Parroquia a este autor valenciano, si bien los últimos estudios, como el de Ramón Ribera Gassol o el de Antonio López Hernández en el que nos basamos para este artículo, confirman la autoría de Josep Antoni Folch, ya que así lo afirma el propio escultor en la breve reseña autobiográfica que presenta a la Academia de San Fernando de Madrid en 1814.

Su vinculación con Andalucía proviene de que su hermano Jaime residía en Granada desde 1786, ya que trabajaba como director de Escultura en la Escuela de Dibujo, si bien ante la gran demanda de trabajo que tenía llama a su hermano para que colaborara con él. Ribera Gassol apunta la posibilidad de que el Duque de Osuna conociera a Folch por su maestro, el escultor Joan Adam, quien había realizado para la Duquesa de Osuna la escultura conocida como la Venus de la Concha.

La imagen que preside la iglesia de Arahal representa la glorificación de Santa María Magdalena, ya que, como narra su leyenda, los ángeles la transportaban al cielo durante las horas que dedicaba a la oración. Tras el Concilio de Trento este episodio de la glorificación de la Magdalena va a ir sustituyendo a la iconografía tradicional que la mostraba como la pecadora arrepentida lujosamente vestida o la penitente que se cubre con la larga cabellera.

Así, en Arahal aparece la Santa de pie sobre una nube en la que se pueden ver dos cabezas aladas y otros dos ángeles, uno de los cuales sostiene una calavera, símbolo de la penitencia a la que se dedicaba la Santa en su retiro en la cueva de La Sainte-Baume en Provenza. El otro ángel parece mostrar el frasco de perfume con el que la Santa ungió los pies de Jesucristo (cf. Lc 7, 37-38), así como el que llevaba camino del sepulcro para embalsamar el cuerpo de Cristo en la mañana de la Pascua (cf. Mc 16, 1-3; Lc 24,1).

La Magdalena dirige su mirada a lo alto, con gran arrobo y devoción, mientras abre sus brazos con gesto de entrega a Dios, sosteniendo en su mano izquierda una cruz. Viste una amplia túnica que deja ver su hombro derecho y se cubre con un manto anudado en su cadera, llevando en su cabeza, cubierta por una larga cabellera, una corona de flores que, como señala López Hernández, está formada por azucenas, que simbolizan la belleza como don divino, y hojas de zarzamora, símbolo de arrepentimiento. Completa el conjunto un haz de rayos dorados que enmarcan la figura de la Santa y nos la muestran en la gloria divina.

María Magdalena, que fue llamada “la apóstol de los apóstoles” por Santo Tomás de Aquino, como nos ha recordado el Papa Francisco al elevar su memoria litúrgica como fiesta, se nos presenta en este Año Jubilar como modelo de conversión y penitencia, mediante la cual poder gozar de la misericordia de Dios. El lema de este Jubileo “Buscaré al amor de mi alma”, está tomado del Cantar de los Cantares (3,2) y alude a la misericordia divina y al inmenso amor que le tuvo la Magdalena al Señor, amor que le hizo merecedora de la bienaventuranza eterna.


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