Mohamad al Yunde
Hace un par de años, en este blog, escribí sobre Malala, una joven de 17 años, paquistaní, que recibió el premio Nobel de la Paz, la persona más joven en recibir este galardón. Fue premiada por promover la educación entre las mujeres, allí donde se oponían a que ellas tengan escolarización. Este año Malala ha entregado el Premio de la Paz Infantil al joven de 15 años, libanés, Mohamad al Yunde.
En enero celebramos el Día de la Paz y también es un mes muy de los niños: los Reyes Magos, la Infancia Misionera… El niño es protagonista, por eso me ha gustado y parecido oportuno escribir sobre Al Yunde. Quizás la noticia, que es de hace un mes, muchos la conozcan, pero para mí, en cierto modo, es un homenaje a los niños valientes y generosos como Mohamand.
¿Por qué ese premio? A los doce años levantó una escuela para refugiados del Líbano. Él quería dar información y educación a todos los que tenían que abandonar el Líbano por la guerra. La escuela comenzó a funcionar gracias a la dedicación de voluntarios y de los familiares de Al Yunde. Todos colaboraron para construir el edificio e impartir asignaturas. Su objetivo principal era: “No se trata solo de enseñar a leer y escribir, sino de dar a los jóvenes refugiados un lugar seguro para expresarse”.
Cientos de niños hoy siguen asistiendo a esas clases. La iniciativa fue reconocida. Dijo algo tan hermoso como: “Me siento muy feliz de no ser solo un profesor, sino también un amigo. Incluso nos hemos hecho familia. Juntos somos más fuertes”.
Hoy sigue habiendo cifras escandalosas, más de 2.500.000 sirios menores de edad han tenido que huir de sus hogares y unos 500.000 viven en Líbano, donde padecen escasez de alimentos y no tienen un acceso adecuado a servicios sanitarios. Casi la mitad de los menores de entre seis y catorce años no van a la escuela.
Gracias, Mohamand, que tu gesto, tu entrega, tu valentía… en favor de los pequeños, de los más desfavorecidos, nos impulse a todos a no pasar de largo, a no mirar a otra parte cuando nuestro mundo vive este escándalo tan grande y tan injusto.
Si me preguntas qué podemos hacer, quizás no sepa qué decir concreto, pero al menos enterarnos, informarnos, tomar conciencia, agradecer lo que tenemos, hacer cuando haya oportunidad… y rezar mucho.
11 comentarios
Qué bonito! Muchas gracias, Pilar!
Es una buena noticia. Nos ayuda a respirar un poco entre tantas otras que son negativas.
La valentía y entrega de Mohadad es un desafío para salir de nuestro acomodamiento y y luchar por los que no tienen voz. Los niños y menores en esas condiciones nos necesitan. Que la respuesta de Mohamad sea un impulso para nuestra actuación en lo que sea posible. Gracias Pilar.
Claro que si,su trabajo y entrega es digna de ser conocida por todos como ejemplo y estímulo para muchos
Está sí es una historia maravillosa. Un ejemplo y una llamada para no caer el aburguesamiento y siempre hacer lo que se pueda y por supuesto siempre rezar. Gracias Pilar.
Muchas gracias por compartir buenas noticias, se echan de menos ante tanta noticia negativa.
Un ejemplo de genererosidad ante tanto egocentrimo y falta de humanidad, ojalá su ejemplo nos anime. Un cordial saludo
Observar lo que hacen los demás y su consecuencia es una fuente de aprendizaje. Este joven, con su ejemplo, me invita a la responsabilidad social, la cooperación y bondad hacia nuestros semejantes y no sólo aliviar el sufrimiento, sino promover la independencia y libertad responsable. Gracias, por publicarlo. Es un gusto leerte
Gracias!Es una suerte poder leer tus artículos. Son maravillosos
Gracias Pilar. Muy oportuno en el día del refugiado.
Estupendo para reflexionar.
Acciones como esta siguen ayudando a creer en el cambio del mundo hacia una sociedad mejor. ¡Gracias por su difusión, Pilar!
Hay situaciones y experiencias que nos quedan muy lejos, no solo por la distancia material, sino porque nos parece otro mundo distinto a nuestra vida de cada día, pero es la realidad y eso no lo debemos olvidar nunca… Me uno a tu respuesta final… no sé qque podemos hacer ante un caso admirable como este (y habrá tantos) pero tenemos ue enterarnos, tomar conciencia, ayudar cuando haya oportunidad… y rezar. Gracias Pilar por hacérnoslo presente.