Archidiócesis de Sevilla

El sacerdote Álvaro Dorado falleció el pasado 3 de abril en Sevilla, a la edad de 96 años. Natural de Villanueva del Río y Minas (Sevilla), fue ordenado presbítero en Córdoba, en 1957, aunque desarrolló todo su ministerio en la Archidiócesis hispalense.

Su primer cargo pastoral fue en la Parroquia de los Remedios (Sevilla), donde estuvo casi diez años como vicario parroquial. Posteriormente, fue nombrado párroco de la Purísima Concepción, en Villarverde del Río, cargo que desempeñó desde 1969 hasta 1981. Más tarde, y hasta 1987, dirigió la Parroquia San Juan Bautista, de San Juan de Aznalfarache. Época en la que también ejerció como profesor de Religión en un instituto de esta localidad.

Igualmente, el sacerdote Álvaro Dorado capitaneó la Delegación diocesana de Apostolado del Mar y la de Apostolado de la Carretera hasta 2005. Especial mención merece su ministerio como delegado diocesano de Peregrinaciones durante más de quince años, una pastoral que le permitió seguir las huellas de Jesús en Jerusalén, las de San Pablo por Grecia y Turquía, o visitar los santuarios marianos más importantes de España y Portugal, de la mano de cientos de peregrinos sevillanos que lo recordarán siempre.

La Archidiócesis de Sevilla agradece el servicio de este sacerdote a la Iglesia e invita a pedir por el eterno descanso de su alma.