Archidiócesis de Sevilla

Cáritas Diocesana celebró el pasado sábado su asamblea general, en la que participaron alrededor de 180 personas, entre voluntarios, párrocos y directores de distintas Cáritas parroquiales de la Archidiócesis. El encuentro sirvió para evaluar la acción que se llevó a cabo durante el ejercicio 2017 y para establecer las líneas de trabajo para el próximo curso.

16.119 familias atendidas

El director de Cáritas Sevilla, Mariano Pérez de Ayala, abrió el acto realizando un balance de las acciones llevadas a cabo por la institución católica durante 2017. En primer lugar, analizó la situación social actual, recordando que la incipiente recuperación económica no corre en paralelo con la superación de la crisis social, ya que los colectivos más necesitados siguen sin poder beneficiarse, que el empleo remunerado ya no sirve de garantía para dejar de ser pobre y que la pobreza y dualidad económica y social se manifiestan con especial intensidad en la provincia de Sevilla.

En otra línea, Pérez de Ayala quiso destacar el esfuerzo de los 3.007 voluntarios repartidos en las 250 Cáritas parroquiales, pues si no fuera por ellos, junto con los técnicos responsables de cada territorio, la labor que se lleva a cabo no sería posible. Además, insistió en la necesidad que tiene su formación, labor que se lleva a cabo durante el año.

Por último, el director expuso que durante 2017 las Cáritas parroquiales acompañaron a 16.119 familias en situación de exclusión o vulnerabilidad (ascendiendo a 51.581 las personas beneficiarias). El número de familias atendidas descendió en 2017 un 7,8 % respecto a 2016, aunque se realizaron casi las mismas intervenciones (más de 120.000). Igualmente, la demanda de las familias sigue centrándose en la cobertura de recursos de primera necesidad (alimentación, higiene, vestido…) y la vivienda (alquileres/hipotecas, equipamientos, suministros…).

Empleo, migración y personas sin hogar

Respecto a los proyectos específicos, se están llevando a cabo tareas de consolidación en las materias de empleo, migración y personas sin hogar.

Por un lado, el programa de Empleo, a través fundamentalmente del Centro Diocesano de Empleo, se ha consolidado logrando que un total de 174 personas encontraran trabajo. De las 497 personas atendidas, 187 participaron en orientación laboral, 136 en formación para el empleo y 174 en intermediación laboral.

Por su parte, en el programa de Inmigrantes que se desarrolla a través del Proyecto Nazaret, se atendió a 136 personas.

Finalmente, gracias al programa de Atención a Personas en Situación de Exclusión Social, en 2017 el Centro Amigo atendió a 46 personas, mientras que las Cáritas parroquiales acompañaron a 555 personas que viven en la calle. Además, se ha iniciado un proceso de reflexión y autoevaluación con la participación de todos los agentes buscando que este espacio sea verdaderamente el centro de gestión y buscar la unificación de todos los casos de personas sin hogar que llegan a cada una de las Cáritas parroquiales.

Datos económicos

En el apartado económico, se quiso agradecer el compromiso de los socios, donantes y colaboradores, cuyas aportaciones permitieron invertir en el curso 2017 más de 5.750.000 euros para ayudar a las personas que solicitaron los servicios de Cáritas. De los ingresos recibidos (5.335.625, 84 euros), el 76% fueron de fondos propios (4.080.030,73 euros) y un 24% por medio de subvenciones (1.255.595,11 euros), lo que sigue demostrando el compromiso y solidaridad de la sociedad sevillana.

Prioridades para el próximo curso

Francisco Cristóbal, director de Comunicación de Cáritas Española presente en la asamblea, planteó las principales líneas de acción previstas para el próximo año en procesos de inclusión. “Se vive en una sociedad que ha cambiado y que se encuentra en transición, con un contexto adverso caracterizado por un tercer sector debilitado, un mercado laboral adverso, un marco legislativo restrictivo, un Estado que abandona su responsabilidad pública, que se han eliminado irresponsablemente las ayudas para el desarrollo y donde se han perdido los valores sociales”, señaló Cristóbal. Todo esto, empuja hacia un nuevo escenario que tiene efectos para las personas como “el aumento de la desigualdad y de las personas en situación de pobreza y exclusión, individualización de los riesgos, pérdida en el acceso a los derechos o aparición de nuevas pobrezas que han hecho que en las diferentes Cáritas aumente la presión por lo asistencial”. Por ello, la respuesta de Cáritas es “la de mantener su misión inalterada con una presencia transformadora que luche por la dignidad de las personas y el acceso a sus derechos, así como buscar una transformación social”.

Así, el director de Comunicación de Cáritas Española apuntó que Cáritas debía centrar su mirada y esfuerzos en varios aspectos: fortalecer la animación comunitaria, esto es, profundizar en la dimensión de la caridad y acción social; promover el desarrollo integral de la persona y afrontar las raíces de las pobrezas; asumir el reto de una economía inclusiva defendiendo los derechos de las personas y buscando la transformación; y promover una actitud de renovación para acabar con la pobreza cultivando una sólida espiritualidad que impulse el compromiso social.