Archidiócesis de Sevilla

¿Tú estas bautizado? Y tú ¿estas bautizada? ¿Qué es para ti el bautismo? Y ¿qué está significando en tu vida?

Muchos cristianos siguen creyendo que el bautismo es “echar el agua al niño”, una ceremonia sin trascendencia, una costumbre y una tradición de nuestros mayores. Para otros, el bautismo es un hecho social en el que lo más importante es ponerle el nombre al niño, los regalos y el banquete.

Pero ¿Qué dice Jesús, el Hijo de Dios, sobre el bautismo?, escucha: una noche el fariseo Nicodemo, gran admirador de Jesús, por sus palabras y por sus obras, fue hablar con Él y Jesús le dijo: “En verdad te digo, Nicodemo, que el que no nazca de lo alto no podrá entrar en el Reino de Dios”. Y Nicodemo le contestó: “Pero ¿cómo puedo yo entrar en el vientre de mi madre y volver a nacer? Y Jesús le contestó: “En verdad te digo que el que no nazca de nuevo del agua y del Espíritu Santo, no podrá entrar en el Reino de Dios”

Acabamos de oír que para Jesús el bautismo es como un nuevo nacimiento a una nueva vida, a la vida de Dios.

Y Jesús, no solamente nos habló de la necesidad del bautismo, sino que al despedirse de sus discípulos antes de subir a los Cielos les dio este mandato: “Id pues y haced discípulos míos a todas las gentes, bautizándolas en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo” (Mat. 28,19).

Y San Pablo, ¿qué nos dice sobre el bautismo? En la segunda carta a los Corintios nos dice que el bautismo es una nueva creación y en su carta a los Romanos y a los Efesios nos habla de una nueva criatura, de un hombre nuevo porque “la vida y el amor de Dios han sido derramados en nuestro corazón por el Espíritu Santo que nos ha sido dado en el bautismo”. Por el bautismo participamos de la misma vida de Dios y nos convertimos en hijos adoptivos, en su Hijo.

En uno de sus viajes, un periodista preguntó al Papa San Juan Pablo II cuál había sido el día más grande de su vida y él sin dudar, con naturalidad y sencillez le contestó que el día más grande de su vida había sido el día de su bautismo. Muchos quedaron desconcertados porque esperaban que dijera que el día más grande de su vida había sido el día en que había sido elegido Papa.

Tanto significaba el bautismo para San Juan Pablo II que cuando iba a Polonia, ya como Papa, siempre que podía iba a visitar la pila bautismal donde él había nacido de nuevo como hijo de Dios.

Escuchemos lo que nos dice el mismo Papa San Juan Pablo II en su exhortación apostólica sobre los fieles laicos: “Por el santo bautismo somos hechos hijos adoptivos de Dios en su Hijo unigénito. El bautismo nos regenera a la vida de Dios, nos une a Jesucristo y a su cuerpo que es la Iglesia y nos unge en el Espíritu Santo, constituyéndonos en templos espirituales”.

Al ser bautizado Jesús en el río Jordán se oyó la voz del Padre que decía: “Tú eres mi Hijo amado”. Igualmente cuando tú fuiste bautizado dijo Dios: “Tú eres mi hijo……… Tú eres mi hija……….” pon tu nombre.

Pero ¿Cuántas veces le has dicho tú a Dios: Tú eres mi Padre, Mi Papá, que me quieres, que me ayudas, que me llamas por mi nombre y que no me olvidas ni me abandonas aunque yo te olvide y te abandone?

Pero ¿de verdad somos verdaderos hijos adoptivos de Dios por el bautismo? Escucha lo que nos dice san Juan en su primera carta: “Mirad que amor tan grande nos ha tenido Dios que ha querido que no solamente nos llamemos hijos de Dios, sino que lo seamos de verdad.

Y el Papa Francisco ¿qué ha dicho sobre el bautismo? En el primer año de su pontificado tuvo varias catequesis sobre el bautismo, y el primer día habló de la gran dignidad de todos los bautizados por ser hijos adoptivos de Dios, incorporados al pueblo de Dios y siendo miembros de Cristo y de su cuerpo que es la Iglesia. Y haciendo hincapié en la gran dignidad e igualdad radical de todos por el bautismo. Todos, seglares, religiosos, sacerdotes, obispos y Papa, la misma dignidad radical.

Todos hijos de Dios, todos nuevo pueblo de Dios, todos miembros de Cristo y de su cuerpo que es la Iglesia, todos discípulos misioneros aunque con distintos ministerios, distintas funciones y distintos carismas dentro de la Comunidad.

El Papa Francisco al terminar la primera catequesis sobre el bautismo, con su estilo directo e interpelante preguntó a los miles de personas que llenaban la Plaza de san Pedro: “Cuantos de vosotros sabéis el día en que fuistes bautizados” y repitió una vez más “¿Cuántos?” y él mismo contestó: “pocos”. Y a continuación añadió: “voy a proponeros una tarea a todos, que averigüéis el día de vuestro bautismo y empecéis a celebrar el día más grande de vuestra vida”.

Esa misma tarea te recomiendo yo hoy: Entérate de la fecha de tu bautismo y empieza a celebrar con alegría el día más grande de tu vida. Hoy el Padre Dios te repite a ti las mismas palabras del día de tu bautismo: “Tu eres mi hijo….. Tu eres mi hija…….” pon tu nombre.

¿Pero cuantas veces le has dicho a Dios tú eres mi Padre, yo soy tu hijo? ¿Por qué no haces la prueba cada día en un minuto y le dices tú eres mi Padre, yo soy tu hijo?