Un campamento muy especial
Sí, vengo de un campamento muy especial. Llegué anoche de Algeciras, donde hemos estado noventa ochos personas: madres con sus hijos pequeños y un grupo de voluntarios jóvenes y otros no tan jóvenes, como yo, que ya era mi decimoctavo campamento. Estas mujeres son personas privadas de libertad de las cárceles de Sevilla y Madrid. Íbamos con la Fundación Padre Garralda ‘Horizontes Abiertos’. Con esta ONG trabajamos durante todo el año dentro de las cárceles y sacando de paseo a los niños, los domingos. Son muchas las actividades que realizamos en este mundo de madres reclusas y sus hijos. Y al final de curso tenemos el campamento que es como la actividad estrella.
Y esta vez me gustaría que fuesen ellas las que dijesen lo que supone esos días. Así que voy a transcribir algunas de sus experiencias:
“Ver a nuestros hijos corriendo por la playa, en aire libre, disfrutando de la naturaleza, como otros niños, me han devuelto la felicidad, la alegría, la esperanza, y mucha fuerza para seguir adelante, luchando para la felicidad de nuestros hijos. Ellos se lo merecen”. Ciertamente este es el objetivo principal del campamento: que los niños puedan tener esos días de playa, ese salir de la cárcel, de vivir lo que tantos niños disfrutan.
“Cuando llegué me pregunté: ¿por qué he tenido que venir a un sitio como este? Me voy con la respuesta…Tenía que venir a recuperar la FE en el ser humano. He recibido tanto cariño y comprensión, sonrisas llenas de bondad y dulzura. Me han llenado de paz. Sentía que el mundo puede ser mejor. Sí: un todo incluido, un todo inolvidable”. La labor de los voluntarios, su entrega, hacen posible que esos días sean tan llenos de vivencias positivas y esperanzadoras.
“Conozco otra faceta de mis compañeras. Se me quitan otros prejuicios y me voy como amiga”. El ambiente que se crea hace propicio crear entre ellas otra relación, otra visión, surgen más amistad.
Todos, madres y voluntarios nos llevamos en nuestras mochilas: “satisfacción, humanidad, alegría, fuerzas renovadas…mucho amor recibido…” Han sido días que “hemos vivido con en una gran familia”.
Ya hoy su realidad es otra, pero algo grande se llevan en sus corazones: saber que hay muchas personas que les quiere y que luchan por darle, al menos esos días: libertad, paz, gozar, aire libre …y sobre todo AMOR.
Yo le doy muchas gracias a Dios por tener esta oportunidad de poder compartir estos días donde yo también me traigo: la sonrisa y la ternura de los niños, la alegría de las madres y tanta entrega de los voluntarios.
7 comentarios
Realmente ha sido así. Todas volvemos con más humanidad y agradecimiento en el corazón. Lo vivido ha sido como ir encontrándonos retazos de Dios. El es todo lo bueno que madres, niños y voluntarios hemos experimentado. ¡Gracias Señor por esta Regalo!
Qué bonito. Ver cómo disfrutan la madres viendo felices a sus hijos! Reencontrarse a si mismas. Tu has colaborado a que eso sea una realidad. Te admiro Pilar. Gracias por tu compromiso y sensibilidad.
Que Maravilla Pilar!! Que bonito haber compartido todas estas vivencias y además
Después de tantos años nos seguimos sorprendiendo de lo que estos días nos aportan a todas nosotros!!!
Ánimo Pilar! Siempre has arriesgado por los derechos y la dignidad de las personas. No te canses. Somos muchos los que te admiramos y apoyamos hasta donde llegues. Ya sabes “en la misión no hay jubilación “. Qué sigas transmitiéndonos vida y alegría.
Muchas gracias Pilar, qué bonito leer sus testimonios.
Sin duda un “todo inolvidable”
Qué me gusta cuanto envías Pilar.Qué empleo del tiempo tan precioso el tuyo. A través de todo esto siembras tanta felicidad, servicio y entrega que gente joven se animará. Gracias y mucho ánimo, Pilar. un fuerte abrazo. CARMEN
Me alegro mucho Pilar que compartas con las personas que no vamos ésta bonita experiencia.
Llevaís las mochilas llenas de miedos, de inseguridad por cómo se desarrollará todo, por la convivencia y quizás algunas cosas más, sin embargo a la vuelta las mochilas vienen llena de lo más importante; cariño, agradecimiento, libertad, comprensión, momentos de felicidad, cercanía y lo más importante mucho amor compartido entre los niños, sus madres y vosotras las colaboradoras. Me alegro de corazón de que compartas está preciosa experiencia.