“Sé valiente, la misión te espera”
Octubre es un mes misionero. En él se celebra el día del Domund, que este año será el próximo domingo 22 de octubre. Es un día dedicado a recordar a los misioneros y a su labor de evangelización. Un día para rezar por ellos y también ayudarles con nuestras aportaciones para que puedan desarrollar su misión.
Este año su lema es “Sé valiente, la misión te espera”. El Papa Francisco constantemente nos está invitando a ser testigos valientes, alegres y generosos del mensaje de Jesús y de llevarlos hasta los últimos confines de la tierra, sin límites ni fronteras: “Salir de la propia comodidad y atreverse a llegar a todas las periferias que necesitan la luz del Evangelio” (Evangelii gaudium, 20).
La misión es cosa de todos los que seguimos a Jesús, de todos los que somos creyentes. De hecho, la Iglesia es misionera por naturaleza; si no lo fuera, no sería la Iglesia de Cristo (Mensaje del Papa). Mi fundadora, la Beata Margarita Mª Maturana ya dijo: “Quisiera clarificar a Jesús y estampar en todos los pueblos y todas las razas, hasta los últimos confines del mundo, la imagen de este Redentor divino oscurecido en la cruz”. Cada uno desde donde Dios le llame: aquí o allí. En este día del Domund podremos hacer “algo” para apoyar a nuestros misioneros y misioneras esparcidos por el mundo.
Pertenezco a un Instituto misionero y he vivido algunos años en países de misión. Fundamentalmente entendemos el ser misionera con el testimonio de vida, el servicio a los hermanos y el anuncio de Jesús y su Evangelio en nuestro mundo de hoy, con el estilo de vida de Jesús y su misión, que fue: revelar al Padre, a todos, su condición de hijos en el Hijo, y construir la fraternidad universal en el amor, la justicia, la verdad y la paz.
El Papa nos dice: “el mundo necesita el Evangelio de Jesucristo como algo esencial. Él, a través de la Iglesia, continúa su misión de Buen Samaritano, curando las heridas sangrantes de la humanidad, y de Buen Pastor, buscando sin descanso a quienes se han perdido por caminos tortuosos y sin una meta.
Que la Virgen nos ayude a ser misioneros, a llevar la Buena Nueva de Jesús allí donde estemos. Ella, la Reina de los Apóstoles, nos guíe en nuestro caminar.
3 comentarios
Genial!
Muy bonito y que así sea.
Siempre tan bellas sus palabras, Pilar.