Archidiócesis de Sevilla

En el tímpano de  la Puerta de San  Miguel, de la Catedral de Sevilla, hay una escena deliciosa  del Nacimiento de Cristo. Su autor fue Lorenzo de Mercadante de Bretaña, del siglo XV. Aunque todos los relieves de este artista en otras puertas de la Catedral son magistrales, esta escena del Nacimiento parece la más completa.

En el centro está el Niño, dejado sobre las pajas, y sobre él un coro de  ángeles que cantan gozosos su nacimiento. Las figuras de la Virgen y San José vestidos de traje de la época del artista, están en actitud de adoración, con las  manos juntas en oración.  Detrás de la Virgen aparecen las cabezas del buey y la mula, asomados desde e l establo para contemplar e l misterio. Y detrás de San José una  pastora con regalos para el recién nacido. Sobre las figuras, unos tejadillos  góticos ponen un  signo  de acogida y recogimiento a la escena. A los dos lados, unos pastores que  reciben con gozo el anuncio del  ángel, en un relieve menos marcado, y una vista de Belén: esto alarga la escena central hacia dentro, dándole una mayor profundidad.

La  figura de  la pastora es  de lo más  interesante del arte gótico, en  que  ya se manifiestan abiertamente los  sentimientos al exterior: la pastora ríe  de  alegría, mientras mira a la escena de la Sagrada Familia. Esta risa abierta aparece algunas veces como un gesto de la maestría a que ha  llegado la  escultura gótica. Igual puede verse en  el rostro del Profeta Daniel, en el Pórtico de la Gloria  de la Catedral de Santiago de Compostela. Esta manifestación abierta de los sentimientos de  alegría indican una  alta perfección en el arte, que con más facilidad, y anterior en el tiempo, muestra la pena que el gozo en escultura. La piedra se hace oración en manos de Lorenzo de Mercadante, en una de las escenas más tiernas de la arquitectura de la Catedral de Sevilla.

Fernando Gª Gutiérrez, S. J.

Delegado diocesano de Patrimonio