Hermandades y Cofradías II: Veteranos macarenos
Corría el año 2007 cuando en el seno de la Juventud de la Hermandad de la Macarena crecía una inquietud: “nuestros mayores no pueden venir a ver a sus titulares”. Los jóvenes, auténticos motores en tantos proyectos de nuestras hermandades, habían reparado en que cada vez eran más los hermanos que por su avanzada edad y sus problemas físicos no podían acudir con normalidad a la Basílica. Y ahí nació el proyecto de “Veteranos Macarenos” que ahora cumple una década.
En estos diez años ha ido creciendo tanto en número de personas atendidas, lo que ha conllevado el necesario crecimiento de voluntarios, como en actividades. Hoy día se nutre de voluntarios de muchos colectivos de la Hermandad: armaos, diputados, costaleros, Juventud, y otros hermanos que no pertenecen a ninguno de ellos. Actualmente alrededor de una centena de hermanos veteranos se benefician de un proyecto que ya mueve a más de 70 voluntarios.
Lo que en un origen comenzó como una coordinación de varios jóvenes para recoger con sus propios medios de transporte a aquellos hermanos impedidos y poder llevarlos a los cultos de la Hermandad hoy día es una de las joyas de la Asistencia Social de la corporación macarena. Gracias al grupo de voluntarios de este proyecto, durante todo el año los veteranos son atendidos mediante llamadas telefónicas periódicas y visitas a sus hogares, o, en ocasiones, residencias u hospitales en los que se encuentran. Este seguimiento permite detectar otras necesidades de dichos hermanos que la Hermandad trata de cubrir a través de su área asistencial: Reparaciones en sus hogares, ayuda en forma de alimentos o para sufragar diversos recibos básicos, acompañarlos al médico, gestionar su ingreso en residencias o buscar a personas que los asistan en sus casas son algunas de las asistencias que surgen de este contacto cercano con los destinatarios del proyecto.
Además de este seguimiento y de la ayuda para acudir a los cultos, el programa de “Veteranos Macarenos” también proyecta actividades propias para estos hermanos. Excursiones a muy diversos lugares, meriendas en los días señalados de la Hermandad, como el Besamanos de la Virgen de la Esperanza, el Aula de la Experiencia, formada por conferencias organizadas para ellos, o el registro de su memoria oral en vídeos grabados para completar la historia de la Hermandad, son otras de las actividades que durante todo el año permiten mantener vivo el proyecto.
Pero sin lugar a dudas lo que más agradecen los hermanos veteranos es el cariño que reciben de los voluntarios del programa, en su mayoría jóvenes, que se comprometen con uno de los problemas más acuciantes de nuestra sociedad actual: la soledad en la senectud. Una simple llamada, la compañía durante una tarde, o la predisposición para participar en los cultos y en los actos específicamente diseñados para ellos, tienen un valor incalculable para unos hermanos que después de toda una vida dedicada a la Hermandad de la Macarena, sienten que esta les devuelve una ínfima parte de su dedicación. También con estos gestos, los voluntarios comprometidos con el proyecto devuelven a la sociedad la esperanza –en esa casa que tanto se sabe de ella- de que no todo está perdido.
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