Archidiócesis de Sevilla

Como afirma la profesora  Mª Jesús Sanz, se trata de una de las más extraordinarias  joyas de la orfebrería en Andalucía. Tanto en el labrado de la plata sobredorada de que está hecho, como en su original diseño, este cáliz llama la atención entre los innumerables que existen  en nuestras catedrales e iglesias.

Mide 35’5 cm de altura, y puede datarse esta obra de orfebrería al principio del siglo XVI. No aparece ningún punzón que pueda indicar el nombre del orfebre que lo realizó. Es una combinación del estilo gótico con los comienzos del estilo del Renacimiento. En su decoración se da una gran variedad: mientras que en la peana están grabadas escenas de la Pasión y Resurrección de Cristo, en el astil lleva grabados a los apóstoles San Pedro, San Pablo, San Juan, y San Bartolomé. La decoración de la copa es más abiertamente renacentista, y  tanto de ella como del nudo cuelgan muchas campanillas de sonidos distintos. Esta originalidad es la que da el nombre a este Cáliz de las campanillas. Es un himno al misterio de la Sangre de Cristo, que en este cáliz se contiene en cada Eucaristía, como un homenaje de la labor humana a la redención.

En la patena de este cáliz está grabado el rostro de Cristo, y la inscripción latina: Calicem salutaris accipiam: el regalo de la salvación que nos alcanzó Cristo con la redención,  y que se perpetúa en el misterio de la Eucaristía.

En resumen, este Cáliz de las campanillas es un tesoro más de los muchos que contiene la Colegiata de Osuna. Con esta obra se aprecia la altura a que llegó la orfebrería en esta diócesis de Sevilla, y que celosamente se conserva.

Fernando Gª Gutiérrez, S.J.

Delegado Diocesano de Patrimonio Cultural